Cuatro años más para Barcelona

Manifiesto de apoyo a Ada Colau

Barcelona encara unas nuevas elecciones municipales en un escenario global lleno de incertidumbres, donde aumentan las desigualdades y donde todo apunta a que no podemos seguir con las políticas de siempre. Las ciudades, y Barcelona entre ellas, tienen que hacer frente a poderes financieros que atraviesan fronteras y que no respetan normas o vínculos de convivencia básicos. Los miedos de mucha gente en relación al futuro facilitan mensajes y movimientos políticos de extrema derecha que parecían superados.
Las elecciones del 26 de mayo se sitúan pues en un momento político donde todo va muy rápido y donde, al mismo tiempo, todo parece bloqueado. Frente a la falta de respuesta institucional de la Generalitat o del Estado en temas centrales, el Ayuntamiento de Barcelona, ​​como muchos otros, ha tenido que afrontar sin los recursos necesarios problemáticas que excedían sus competencias. Barcelona ha sido en los últimos cuatro años un ejemplo de implicación más allá de sus obligaciones, y un pilar fundamental para sostener las políticas básicas de bienestar, mostrando que había una agenda de cambio posible.

Barcelona ha empezado a revertir las desigualdades en los barrios más necesitados. Más inversión social, más guarderías, mejoras en el transporte público, espacios ganados para los vecinos, apuesta por la bicicleta, operador energético, dentista municipal... forman parte de un balance que quiere responder a los miedos con acciones concretas y necesarias.

Se han consolidado también los vínculos de Barcelona con otras ciudades del mundo, co-liderando políticas frente a plataformas digitales que favorecen el turismo desregulado y amenazan trabajos estables. Se han cambiado las reglas del juego del urbanismo; se han encarado las amenazas del cambio climático, invirtiendo en verde y transporte público. La agenda iniciada apunta a los grandes retos de las ciudades punteras del mundo para "ganar el futuro".

Barcelona ha sido y quiere seguir siendo puente entre una Cataluña que reclama más soberanía y una España plurinacional, fraternal, republicana y feminista, que se hizo presente en el 15M y que ahora lo vuelve a hacer el 8 de Marzo, en la defensa de los derechos o en los gobiernos de las ciudades del cambio.

Es necesario que Barcelona siga el camino del 2015. Un gobierno valiente, de gente común, con Ada Colau de alcaldesa, como única garantía para seguir avanzando, con más fuerza en la ciudad que queremos, que pone la vida en el centro, donde todo el mundo cuenta y nadie queda atrás. Barcelona es esperanza contra el miedo y la tenemos que defender.

• Ante un mundo cada vez más desigual, Barcelona quiere ser una ciudad aún más justa. Ante la extrema derecha y los discursos de odio que se extienden por el mundo, Barcelona es una ciudad abierta, comprometida con los derechos humanos, orgullosamente diversa y feminista.
• Ante aquellos que niegan el cambio climático y amenazan la vida en el planeta, Barcelona quiere ser una ciudad verde, llena de vida, responsable y luchadora.
• Ante las incertidumbres, Barcelona es una ciudad valiente que mira de frente a los nuevos retos con imaginación, creatividad pero también con memoria.
• Ante el acoso de la especulación y de los mercados globales Barcelona es una ciudad creativa e innovadora donde la revolución tecnológica está al servicio de las personas y no solo de una minoría.
• Ante un mundo que modifica rápidamente las bases de conocimiento y de trabajo, Barcelona es una ciudad educadora, que apuesta por la cultura, la reflexión, la ciencia y la conciencia crítica de la ciudadanía.

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